por Alain Castruita
Generalmente soy el aguafiestas, siempre con el comentario más aburrido y desesperanzador. Cuando después de escuchar una conversación que chispea agrego: Va mi comentario nefasto; y suelto el dato despiadado, el número duro. Intento persuadir, o quizá lograr que al menos el otro piense dos veces antes de que la actividad se desarrolle. Ese afan me permite despegarme un poco para buscar cosas que no se ven superficialmente.
Es que siempre hay un pero para todas las cosas. Siempre hay una forma alternativa de hacer lo de todos los días. Pero como normalmente estamos dejados a la corriente, estamos instalados en la idea de «asi lo hemos hecho siempre».
Así es como me gusta quitarle la buena intención a todo, y quiero decir con eso que me gusta y lo disfruto. Aunque me lo malinterpreten. Aunque caiga mal.
Y justamente para mí fue un piquete de ojos leer el encabezado: «Miles de personas participaron ayer en el pueblo de Buñol en la -Tomatina-, una guerra festiva en la que se lanzaron 145,000 kilos de tomates como munición».
No sé que fue peor, si leer la cantidad de tomates que fueron desperdiciados en la vía publica del pueblo en mención, o la fotografía enrojecida de tres personas en clara excitación y felicidad, empapados y apenas con los ojos abiertos para protegerse de las partículas de tomate que volaban por los aires.

stevepb / Pixabay
Por más que quieran barnizar la cubierta, diciendo que este año la festividad se celebró bajo la bandera de la lucha contra la violencia machista, me parece extramadamente grave ver que no levanta ámpula ni discusión el desperdicio de alimentos.
Considero que ya se terminaron los años de: porque tengo…. puedo. Porque lo puedo pagar lo hago….
No puedes, y no deberías. El mundo observa, pero no siempre reacciona. Pero también el mundo tiene hambre. El desperdicio de alimentos es brutal; y lo anterior parece bastante incongruente dado que progresivamente se tienen menos superficie de tierra cultivable, y la población mundial va en aumento. Cada vez más, los alimentos son transportados mayores distancias para encontrar consumidores.
Aunque lo disfracen de buena causa, estan tirando 135 toneladas de tomates. Buñol, ya es tiempo de «adaptar» la festividad de la Tomatina. ¿no?
Los 145.000 kilos de tomate, listos en Buñol para la Tomatina 🍅https://t.co/sQM3nG249a pic.twitter.com/PW5yqpd1CZ
— EP Turismo (@EPturismo) 29 de agosto de 2018
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